Laberintos de la Memoria

Recorrer sus calles detenidas en el tiempo, empedradas nos alejan cada vez mas de la realidad conocida, nos envuelve, nos devuelve a lo que somos nuestra identidad, devela nuestras vidas arraigadas en el pasado. Pero que tanto entiendo estas calles?
Mi memoria las reconoce, idénticas, la misma piedra, el mismo sonido, el mismo viento que una vez espero por mi, hoy las recorro sin reconocer las diferencias entre ellas, sin siquiera percatarme de los laberintos a mis ojos, cuanto tiempo perdido?

La Tapia

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José María Córdova
(1799 - 1829)

Nació en Concepción (Antioquia) el 8 de septiembre de 1799 y murió en El Santuario (Antioquia) —cerca de Rionegro— el 17 de octubre de 1829. Durante su corta vida fue el General antioqueño más destacado en el período de la Independencia.
Su momento cumbre fue en la célebre Batalla de Ayacucho, cuando derrotó al virrey José de la Serna, quien comandaba el ejército realista. Este hecho permitió la independencia del Perú, la creación de Bolivia y la consolidación de la independencia de América del Sur. Por ello, ha pasado a la historia como el “Héroe de Ayacucho”.

En esta batalla lanzó su inmortal arenga: “¡División: de frente! ¡Armas a discreción! ¡Paso de vencedores!”.
Como signo de rebeldía contra la Corona Española, cambió la grafía del apellido español de su padre Crisanto de Córdoba y Mesa por la de Córdova.

Después de bañarse de gloria en los campos de batalla, el General Córdova se rebeló contra la dictadura del Libertador Simón Bolívar, a quien dirigió una histórica carta explicando su decisión de defender la Constitución de Cúcuta.

El final de este episodio fue trágico, ya que al enfrentarse en El Santuario a las tropas del general Daniel F. O’Leary, enviadas por El Libertador, fue herido de gravedad. En la casa donde se refugió fue rematado por el comandante irlandés Ruperto Hand, quien le propinó varios terribles sablazos.

Fuente: http://www.otraparte.org/actividades/literatura/cordova.html

Entre abiertas

Casas, ventanas, puertas entre abiertas nos invitan a observar, los patios, las habitaciones, los altares, casi como si estuvieran esperando por mucho tiempo al observador, como si el tiempo nuevamente se detuviera para recordar, para olvidar, contar una y mas historias entre abiertas.

Beato Rubén López Aguilar en Concepción.

Nació en Concepción el 12 de abril de 1908. Sintió vocación al sacerdocio desde joven. Sus hermanos (algunos viven) hablan de su nobleza y piedad desde niño. En todo veía la voluntad de Dios. Entró al postulantado el 2 de diciembre de 1930 en Bogotá. El 7 de marzo de 1931 ingresa al noviciado. En 1935 hace su profesión. Fue seleccionado para viajar a España. Pero antes había servido en la guerra de 1933 entre Perú y Colombia, donde demostró su amor a los enfermos. En España sufre con los combates de la guerra civil, pues llega el 30 de marzo de 1935 y se dedica a los enfermos. El 5 de agosto de 1936 es asesinado. Era de la Comunidad San Juan de Dios o Hermano de los Pobres. Fue torturado y asesinado por el Ejército Rojo de los republicanos por defender la religión Católica. Fue beatificado por Juan Pablo II con otros compañeros de martirio, varios de ellos antioqueños.

Fuente: http://inforiente.info/concepcion/conmemoracionenconcepcion.html

Arquitectura no monumental